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El aguacate es fuente de virtudes medicinales gracias a los nutrientes que contiene la fruta considerándose, así, como un fruto prodigioso gracias a que ayuda a combatir algunas enfermedades utilizándose todas las partes del aguacate para estos fines: el aceite de la semilla para evitar la caída del cabello, para evitar la gota o el reumatismo; sus hojas a modo de infusión contra la fiebre, cólicos o migrañas; y la cáscara para aliviar el dolor de cabeza. Tiene un gran contenido de potasio, vitamina B6, vitamina C, ácido fólico, entre otros. Se suele recomendar a aquellas personas que sufren del corazón.

El aguacate (pesera americana) es un árbol perteneciente a la familia de Lauraceae y tiene su origen en Mesoamérica. Tiene unas tres variedades: mexicana, guatemalteca y antillana. México es considerado como el principal productor de esta fruta, así como exportador, y cuentan con más de 20 especies diferentes relacionadas con el aguacate, lo que puede deberse a las diversas condiciones ambientales y al cruce de los diferentes tipos.

Este fruto data desde hace más de 10.000 años a.C. y fue localizado en una cueva de Coxcatlán (Puebla), aunque el origen en sí tuvo lugar en Mesoamérica (entre México y Guatemala) y era una mercancía importante para el intercambio comercial que llegó a adquirir un significado religioso.

En el Códice Florentino se reconocen tres razas de aguacate: mexicana, guatemalteca y antillana. La clasificación botánica de estas tres razas ha sido variada y algunos indican a la raza mexicana como una especie por separado.

Asimismo, en el Códice Mendocino hay jeroglíficos del poblado Ahucatlan (entre el centro y este de México) identificándolo como el “lugar donde abunda e aguacate”. Los jeroglíficos se componen por un árbol con dientes en el tallo (ahuacacahuitl) y un “calli” que simboliza poblado. Es la manera, además, que tenían los aztecas de identificar la mercancía procedente del poblado Ahucatlan.

Aunque, si nos remontamos mucho más atrás, en la época de los dinosaurios, este fruto era parte de la dieta de estos gigantes, pero cuando empezaron a extinguirse el aguacate estaba destinado a seguir el mismo camino si no hubiera sido por los aztecas. Ellos empezaron a cultivarlos y consideraban al árbol como sagrado. Los aztecas, y también los mayas, pensaban que el aguacate era afrodisiaco y estaba fuertemente vinculado con los dioses de la fertilidad, por lo que estaba prohibido su consumo en las fiestas religiosas prehispánicas, ya que era importante mantener la castidad. Así es que el nombre del aguacate viene del término azteca ahuácatl, que significa “testículo”. Además, también se utilizaba el aguacate como tributo en el imperio Azteca.

El trabajo de los aztecas, según estudios arqueológicos, lo siguió los habitantes de Tehuacán, quienes los cultivaban entre 2.300 y 1.500 años a.C.

Los españoles nombraron, por primera vez, esta fruta sobre 1.519 y, después de la conquista, se llevaron el aguacate a España sobre el año 1.600 para, luego, distribuir la fruta a otros países europeos. También introdujeron la fruta en otros países americanos.

Durante los siglos XIX y XX, se consumía, principalmente, aguacates procedentes de las plantas de las razas mexicanas y antillana para, posteriormente y gracias a diversos estudios, adoptar otras técnicas que permitieron aumentar la producción. Entre esas técnicas se encuentran el injerto, así como el descubrimiento de los que se llama aguacate “Fuerte”. Esto fue lo que originó las primeras huertas de aguacate.

Durante la época de los años 50 hasta los 70, se empieza a cultivar distintas variedades de aguacates, como el Hass, Fuerte, Bacon, Rinxón, Zutano y criollos, y es en 1963 cuando se empiezan a hacer viveros de Hass para la venta al público en general. Luego, esta variedad es sustituida por el aguacate Fuerte, así como por otras variedades.

En el ámbito gastronómico, para los mexicanos el aguacate es una la fruta principal en la mayoría de los platos, como en el popular guacamole que se hace a base de aguacate, tomate y chile. Existe un pueblo mexicano, llamado Tulyehualco, que se dedican a hacer helados, entre ellos en el aguacate. Asimismo, los mexicanos también aprovechan bastante las propias hojas del aguacate a modo de sazonados para los frijoles o, incluso, para envolver la carne que se va a asar.